Qué más maravillas os puedo ofrecer hoy musicalmente hablando... Desde que he empezado este año a poner cositas buenas. Me pregunto: Qué pesadilla musical os arrancaría las entrañas y me devolvería en este sacrifico un poco de ¡satisfacción, aliento y vida!
Qué os puedría mostrar que sólo a través de la oscuridad penetre en vuestra luz blanca interior, ¡con una luz clara de rayos de luna!. Qué os podría encandilar, sobre esa inmensidad negra que todo lo envuelve, paseándose sin temor, provocando ojos y oídos de admiración (?).
Qué naturaleza sobremusical encontraré en el inframundo que hagan retumbar vuestros corazones con estruendo -y al unisono- sin temores. Qué resuenen además, en emociones de corales y miles de colores, hasta que estallen por millares las sensaciones. ¿Qué puedo encontrar que os lleve a esos mundos?
Pues ¡Hágase el hechizo! ¡Hágase el conjuro! ¡Dioses de la luna del firmamento!
A tí guardián de los astros celestes, de rodillas reclinado humildemente os lo imploro: Hágase realidad en este instante CORVUS CORAX, en cuerpo y alma.
(Cumplidos mi deseos y mis encantamientos, me retiro a mis aposentos: buenas noches y hasta mañana mis estimados visitantes accidentales y/o asuduos lugareños).
Basado en el manuscrito original de Carmina Burana la banda alemana Corvus Corax recrea como debió de sonar la obra medieval originalmente. El resultado es algo bastante alejado de la ópera de Carl Off, pero igualmente rotundo y sorprendente, sobrecogedor y grandioso.
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